miércoles, 19 de enero de 2011

España y la etiqueta sanitaria de una barra de pan

Esta mañana, mientras desayunaba, una barra de pan me ha reafirmado mi convencimiento de que estamos en un país sin un futuro sostenible por culpa de los políticos (en general). Tan significativa es la etiqueta de registro sanitario de dicha barra de pan que le he sacado una foto con mi móvil para que no hubiera dudas sobre la veracidad de lo que aquí voy a contar. Y es que el registro sanitario versa de la siguiente forma:

R.S.I:
20.19799/V
20.37216/A
20.99267/CAT
20.0033802/MA
20.0038996/SE
20.00041187/M

¡SEIS REGISTROS SANITARIOS EN UNA BARRA DE PAN DE MERCADONA!. Entiendo que V=Valencia, CAT=Cataluña, M=Madrid, pero ¿A=Andalucia, Aragón, Astúrias? ¿MA y SE no serán las provincias de Málaga y Sevilla, verdad?. No conozco Comunidad Autónoma que empieze por SE.

Lo curioso es que vivo en Murcia y no veo el registro sanitario de la Región de Murcia, ¿seremos aquí más sensatos y nos vale con el registro sanitario Valenciano? ¿No le vale a un Sevillano que el registro sanitario malagueño le haya dado su visto bueno a mi querida barra de pan?

En esta etiqueta se resumen muchas cosas: Ineficiencia, elevados costes administrativos para las empresas, duplicidades administrativas, políticos egocéntricos, nacionalismo, falta de visión. En fin, consolémonos, la etiqueta podría ser más larga.

Cada vez estoy más en desacuerdo con quienes dicen que "En España no cabe un tonto más". Pues no, no solo caben muchos más sino que, además, se reproducen como conejos.

domingo, 16 de enero de 2011

Calatrava y sus desastrosas obras

Como leí hace poco, el "arquitecto" español Santiago Calatrava es la "quintaesencia de la arquitectura del siglo 20: insostenible, vanidosa, nada funcional y carísima".

Obra suya que veo o de la que tengo noticias cumple a la perfección con los anteriores atributos. Todas parecen realizadas a mayor gloria del "arquitecto", tienen unos costes de construcción y de mantenimiento desorbitados y no solo no son funcionales sino que hasta son incómodas (e incluso peligrosas) para sus desafortunados usuarios.

Según mi opinión, un ingeniero hace cosas útiles, eficientes y a precios ajustados; un escultor hace cosas bellas sin importarle la eficiencia (ni el coste). Un buen arquitecto debería hacer cosas bellas y eficientes con un proporcionado coste. Según este razonamiento, ¡que gran escultor se perdió el mundo con el señor Calatrava!, pero como arquitecto es un verdadero inútil.

El guion es siempre el mismo: unos políticos tan encandilados como paletos le encargan un obra; la obra se inicia y comienzan los problemas de ingeniería; se acaba la obra (con un presupuesto mayor al previsto) y comienzan los problemas de los usuarios (resbalones, golpes, accidentes, costes de mantenimiento insostenibles, etc..).

Ejemplos hay muchos y los sufren en muchas ciudades de España y del mundo. Bilbao, Venecia, Jerusalem, Nueva York. En Valencia son especiales sufridores de este "genio": En el museo Príncipe Felipe, parece ser que este "genio" no lo equipó con escaleras de emergencia que hubo que poner posteriormente. El palacio de las artes se inundaba cuando llovía. En su último puente ya han muerto dos motoristas en solo 5 meses por un cambio de rasante instalado a mitad del puente. Yo mismo he acabado con estres tras pasarme la tarde intentando evitar que mis hijos pequeños se dejaran la cabeza en un golpe contra uno de los costillares del interior del Museo Príncipe Felipe de Valencia.

Hay un par de casos en mi ciudad, Murcia, que conozco bien: El puente del Hospital y la pasarela de Vistabella.

Empezaré por la pasarela de Vistabella por ser la que más problemas está causando. Su suelo de cristal es disfrutado cada mañana por todo tipo de personas (especialmente personas mayores) que practican el patinaje artístico sin patines sobre el maravilloso suelo de cristal deslizante por la escarcha matinal. Total, ¿quién iba a imaginar que sobre un río hay escarcha?. Yo mismo he experimentado esa "resbaladiza" situación.

No es solo la textura del suelo la que maravilla. Para cruzar un río de solo 50 metros de ancho, la pasarela peatonal no es plana (sería demasiado cómodo para los peatones) sino que tiene pendiente ascendente y descendente, lo que hace el patinaje más divertido si cabe. Además, de esta forma los viejecitos y quien empuja una silla de ruedas hace ejercicio con la cuesta de subida y practica la frenada sobre hielo en la cuesta de bajada.

Por último y para rematar la faena, he comprobado yo mismo que si eres invidente y vas dando con el bastoncito sobre la base de la inexistente barandilla te das en la cara con el último de los cables tensores. ¡Felicidades señor "arquitecto"!.

La otra "maravilla" arquitectónica de este gran hombre es el puente del Hospital. Como se puede ver en la foto, se ha conservado el puente anterior en el centro y a cada lado se han instalado sendas plataformas "tipo Calatrava". Uno de los detalles que más le agradecemos los murcianos al señor Calatrava es la ausencia de aceras en las partes exteriores del puente, lo que nos obliga a cruzar DOS VECES la carretera para poder cruzar el puente. Seguro que lo hace por nuestra salud. Parece ser que no es el único puente en el cual pone las aceras por el interior del puente (en Valencia -pobrecitos- tienen algún que otro ejemplo).

Además (como es habitual en este "genial" arquitecto) estos dos puentes son también curvos. Los peatones hacemos ejercicio y los coches saltos de trampolín (especialmente si vas en moto). Los carriles son estrechos, las luces deslumbran a los conductores cuando lo cruzan, en la junta de dilatación a más de uno se le ha quedado el pié dentro, etc, etc, etc.

Se existiera en los grandes medios de este país un periodismo crítico y de investigación, hace ya mucho tiempo que los reportajes sobre este nefasto arquitecto (como este artículo del modesto periódico murciano "La verdad") inundarían los medios y harían imposible que este "genio" de la arquitectura siguiera perpetrando obras.

viernes, 14 de enero de 2011

Las negociaciones de los gobiernos

Hay cosas que, por el echo de que ocurran con normalidad, no tienen porqué ser normales. Estamos muy acostumbrados a que las reformas políticas hay que hacerlas negociando con los "agentes sociales". Personalmente creo que eso es una perversión de la democracia.

En teoría, todos los españoles votamos a nuestros representantes para que redacten leyes y para que las hagan cumplir. En la redacción de las leyes, obviamente, se debe "tomar en pulso" de diversas organizaciones económicas, sociales, sindicales, religiosas, etc., para hacer la ley lo mejor posible; pero de ahí a "negociar" con entidades con dudosa (o nula) capacidad de representación...

Pongamos, por ejemplo que la ley del aborto se tenga que hacer negociando con la iglesia católica o que la ley de violencia doméstica se deba negociar con la junta islámica. ¿Lo entenderíamos?. Negociar es una cosa y escuchar opiniones otra.

Los que sí DEBERÍAN negociar la reforma de las pensiones (que es en lo que estamos ahora) son los partidos políticos (ya que vivimos en una partitocracia) que es, precisamente, lo que no se está haciendo.