Hay cosas que, por el echo de que ocurran con normalidad, no tienen porqué ser normales. Estamos muy acostumbrados a que las reformas políticas hay que hacerlas negociando con los "agentes sociales". Personalmente creo que eso es una perversión de la democracia.
En teoría, todos los españoles votamos a nuestros representantes para que redacten leyes y para que las hagan cumplir. En la redacción de las leyes, obviamente, se debe "tomar en pulso" de diversas organizaciones económicas, sociales, sindicales, religiosas, etc., para hacer la ley lo mejor posible; pero de ahí a "negociar" con entidades con dudosa (o nula) capacidad de representación...
Pongamos, por ejemplo que la ley del aborto se tenga que hacer negociando con la iglesia católica o que la ley de violencia doméstica se deba negociar con la junta islámica. ¿Lo entenderíamos?. Negociar es una cosa y escuchar opiniones otra.
Los que sí DEBERÍAN negociar la reforma de las pensiones (que es en lo que estamos ahora) son los partidos políticos (ya que vivimos en una partitocracia) que es, precisamente, lo que no se está haciendo.
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