jueves, 3 de marzo de 2011

El problema de calcular mal el IPC

Como sabéis, IPC son las siglas de Indice de Precios al Consumidor. Pretende medir en que medida suben (inflación) o bajan (deflación) los precios de las cosas que consumimos. Los bancos centrales suelen utilizar el dato de inflación para subir o bajar los tipos de interés. Cuando la inflación es alta, suben los tipos y ralentizan la economía. Cuando es baja y la economía tiene poco crecimiento bajan los tipos para facilitar el crédito que permita consumir/invertir más.

Hasta aquí todo bien pero: ¿Que pasa si no se calcula bien el IPC? Pues pasa que se toman decisiones erróneas por parte de los bancos centrales. Que es, precisamente, el punto de partida de la crisis mundial: Fijar unos tipos de interés bajos cuando los precios de las viviendas tienen crecimientos exponenciales.

Por increíble que parezca, en el IPC no entran los precios de la vivienda, ya que se considera una "inversión". Esto es curioso ya que la vivienda es el mayor pago que una familia afronta a lo largo de su vida. No digo que la vivienda sea un gasto, pero también tengo mis dudas que mi vivienda habitual sea una "inversión".

De este modo, el IPC no ha recogido la espectacular subida de los precios de la vivienda durante los pasados años y, por tanto, los bancos centrales de aquellos países con burbuja inmobiliaria (EEUU, España, Irlanda, etc.) no han reaccionado subiendo los tipos. Si lo hubieran hecho, la burbuja se habría ralentizado al ser más costoso hacerse con una hipoteca.

No soy economista ni sociólogo ni estadístico, pero pienso que para evitar volver a cometer este error, debe incluirse de alguna forma los precios de la vivienda en el IPC (aunque salga que lo hemos tenido del 200%).

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