He leído un artículo que explica perfectamente el "juego contable" de confusión al que nos llevan las administraciones públicas. Quienes están al día de la situación económica de este país (y de otros), saben que estamos comprometidos a tener un 6% de déficit para este año y un 4,4% para 2012.
Muchas personas piensan: ¡Que poquito porcentaje! ¡Tampoco hay porqué exagerar con el déficit! ¡Cuidado con la trampa!. Este déficit es sobre PIB, es decir sobre el producto interior bruto del país, no de diferencia entre ingresos y gastos del estado. En 2011, esa diferencia pasa del 30% a día de hoy; y todavía no ha acabado el año. Es decir, este año, la administración central va a gastar, como mínimo, un 30% más de lo que ingresa.Y no es el estado la administración pública que peor está.
El truco está en que el PIB ha caído menos que los ingresos de las administraciones públicas, que se han desplomado. Pero claro hablar de cifras de dos dígitos de déficit asustaría al más pintado y no procede darles mucha publicidad. Y es que como decía el otro día cierto economista: "Una de las principales funciones del estado es que la gente no acuda en masa a sacar el dinero de los bancos". Y yo añado: sea como sea.
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